Descubre cómo el pre-compromiso puede aumentar las tasas de ahorro en apps financieras. Un enfoque probado desde la economía conductual para diseñar productos digitales más efectivos.

Lisa Conductual
22 may 2025
Ahorrar debería ser fácil.
Sin embargo, millones de usuarios, incluso aquellos que quieren hacerlo, fracasan al intentarlo. ¿Por qué? Porque entre la intención y la acción hay una distancia enorme que las plataformas financieras no siempre saben cómo cerrar.
La economía conductual tiene una respuesta poderosa a este desafío: el pre-commitment. Un principio simple pero transformador que puede cambiar la forma en que las personas se relacionan con su dinero... y con sus decisiones.
Una de las paradojas más frustrantes del mundo financiero digital es que incluso los usuarios más motivados muchas veces no actúan.
Saben que deben ahorrar, reconocen que podrían hacerlo, pero no dan el paso. ¿Qué lo impide? No es falta de información ni de capacidad, sino una lucha interna contra sus propios sesgos.
Aquí entra en juego el concepto de pre-commitment: la idea de que las personas están dispuestas a tomar decisiones futuras más racionales si las definen desde el presente. En otras palabras, si hoy me comprometo a ahorrar parte de mi ingreso del próximo mes, es más probable que lo haga… porque en ese momento no estoy bajo presión emocional o tentaciones inmediatas.
Este principio ha sido probado en contextos reales con resultados notables. Un estudio en Estados Unidos mostró que solo enviar un mensaje antes de recibir un reembolso fiscal —pidiendo al usuario comprometerse con anticipación a ahorrar parte de ese dinero— aumentó las tasas de ahorro del 17% al 27%. Un simple cambio en el timing del mensaje generó una diferencia significativa. Sin cambiar el producto. Sin añadir incentivos financieros.
¿Qué podemos aprender de esto en el mundo de los productos digitales financieros?
Que el diseño de decisiones importa más de lo que creemos. Que el momento en que presentamos una opción puede ser tan importante como la opción misma. Y que ofrecer al usuario la posibilidad de "protegerse de sí mismo" es, paradójicamente, una forma de empoderarlo.
Las aplicaciones bancarias, plataformas de inversión o wallets digitales pueden integrar pre-commitments de forma muy práctica:
Permitendo que el usuario elija hoy cuánto quiere ahorrar del próximo ingreso.
Estableciendo “reglas automáticas” desde la calma, como redondeos, porcentajes fijos o transferencias programadas.
Utilizando lenguaje que refuerce la identidad futura: “Tu yo de mañana te agradecerá esta decisión hoy.”
Pero no basta con construir la función. Hay que comunicarla bien. El pre-commitment funciona mejor cuando se presenta como una elección intencional, no como una automatización técnica. El usuario debe sentir que está tomando una decisión sabia, no cediendo el control.
Y esto requiere diseño. UX, contenido, comportamiento. Todo alineado con el mismo objetivo: reducir la fricción emocional, anticipar el sesgo de presente y facilitar decisiones que construyan bienestar financiero a largo plazo.
El pre-commitment no es una moda ni una función más en la app.
Es una herramienta poderosa para cerrar la brecha entre intención y acción, entre deseo y resultado.
En Beacon ayudamos a integrar este y otros principios de economía conductual en productos digitales reales, con impacto medible y diseño ético. Porque cuando entiendes cómo toman decisiones tus usuarios, puedes ayudarlos a tomar mejores decisiones… y construir productos que realmente funcionen.




